
La vertiente europea, fue en sus inicios principalmente hispánica. Posteriormente se sumanron a esta los aportes de los inmigrantes de distintos países entre los que destacaron Alemania, Italia, países árabes y otros. Algunas danzas religiosas presentes en Chile con notoria raíz hispana son la diablada, que está presente en todo el norte y centro de Chile; el juego de Banderas, tradicional en la fiesta del Nazareno de Caguach en Chiloé. La danza y las lanchas sólo se bailan en el sur de la región de Coquimbo y en parte de la región de Valparaíso. Destacan también las estudiantinas; el canto a lo Divino; los villancicos y tonadas al Niño Dios, las danzas festivas que se folclorizaron en nuestro país como las variantes de cueca, la jota, la seguidilla, la habanera, la polka, la mazurka y otros. Demás está nombrar instrumentos como el arpa, la guitarra o el piano y expresiones de la poesía popular como las décimas, las coplas y los romances.
La tercera vertiente del folclor chileno es la africana, traída por los esclavos negros llegados al cono Sur de América (de Bautú y del Congo). Aunque en Chile la herencia africana no está tan presente como en otros países latinoamericanos, es posible encontrar huellas en algunas expresiones culturales, como la cueca y el Cachimbo.